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Rafael Marco Tera. Niger. Marzo 2013.
Entre el páramo y el desierto.
Rafael Marco, SMA
 
 

Queridos amigos,

Hace tiempo que pensaba mandaros noticias de Tera o Níger, pero hemos vivido tiempos de incertidumbre en los que no sabía qué contar de la comunidad, de nuestro trabajo, de nuestro futuro.

Regresamos a Tera el 8 de Enero pasado, pero a los pocos días, el 12 de Enero estalló la guerra en Mali poniendo en un brete nuestra continuidad en esas tierras. A pesar de todo estábamos dispuestos a continuar, por lo menos hasta el final del curso pastoral; sin embargo, el día 14 recibimos una llamada telefónica del arzobispo que nos urgía a abandonar la misión.

Estamos en Niamey desde hace poco más de un mes, sin poder salir de la ciudad hasta el día de ayer, y desde aquí seguimos algunas de las actividades en las que estábamos comprometidos: un sacerdote africano va todos los fines de semana a Tera a celebrar la Eucaristía, seguir a los catecúmenos y velar por la vida de la comunidad; continuamos con la asistencia y formación del grupo de niños vulnerables y sus familias así como la construcción y restauración de 120 casas que se vinieron abajo total o parcialmente a causa de las lluvias e inundaciones del mes de Agosto y la perforación de varios pozos que no pudieron hacerse el año pasado.

Estamos a la espera de lo que el Espíritu quiere ahora de nosotros; a ver si sabemos responder con alegría y generosidad. Contamos con vuestra oración y apoyo. El texto que os mando adjunto lo escribí en respuesta a una petición que me hicieron de Manos Unidas; no sé si lo utilizarán, de todas formas, os lo mando también a vosotros porque quiere expresar lo que vivimos y el ansia de paz que reclama calladamente la gente pequeña.

Os deseo un fructífero tiempo de Cuaresma. Rafael

 

 

Origenes de la comunidad de Tera

A principios de los años cincuenta, el padre Hipólito Berlier decidió ir por fin a un pueblecito del Goruol, Fantchio, muy cercano de Mali y Burkina Fasso. Le reclamaban desde hacía varios años un grupo de songhay que quería formar una comunidad cristiana. Llegó a Tera y allí la administración colonial le facilito un guía y un caballo. Muy de mañana emprendieron juntos el camino y el misionero se dio cuenta de que el guía llevaba una cabra del ramal y le preguntó: - ¿Qué objeto tiene una cabra en nuestro viaje? ¿no ves que nos va a retardar? - Kaabe (barbudo), vamos a pasar cerca de la casa del león; si sale a vernos, le entregamos la cabra y nosotros seguimos adelante.

Niger: cruce de rutas, comercio, caravanas y cultras

Un país en el corazón Entre el páramo y el desierto, entre los países subsaharianos que tienen acceso al mar y los países árabes del Norte de África, se encuentra Níger cruzado desde antiguo por las rutas de las caravanas. Atravesaban el desierto hacia Marruecos, Trípoli (La Tripolitaine) y los emiratos árabes con sus mercancías más variadas: esclavos, polvo de oro, telas, sal, dátiles… que siguen activas hasta el día de hoy con los mismos u otros productos que quieren pasar desapercibidos: emigrantes, cigarrillos, armas, drogas…siempre en la misma dirección. Níger se encuentra entre el mundo árabe-beréber y las culturas subsaharianas. De las dos se ha alimentado y ha recibido su huella a través de los siglos que se percibe en cualquier mercado del país donde se encuentran gentes de orígenes muy diversos: árabes, tuareg, peul, songhay-djerma, hausa, gurmanché…

Abraham nuestro padre en la fe: llamada a la fraternidad

La inmensa mayoría son musulmanes, todas las encuestas les dan más del 90% de la población, unos desde tiempo inmemorial ( árabes, tuareg, peul) y otros de conversión más reciente. Una tienda de nómadas Comerciantes, artesanos, funcionarios venidos del Sur: Benín, Togo, Nigeria…y nativos que por diversas circunstancias se han hecho cristianos forman hoy la Iglesia de Níger como una tienda de nómadas entre los infinitos arenales. En el frontispicio del altar mayor de la catedral de Niamey hay un bajorrelieve esculpido en madera que representa el sacrificio que ofrece Abraham a Yahvé. Abraham, el padre de la fe en el que nos reconocemos todos, cristianos y musulmanes, en una común fraternidad, está en el corazón de esta Iglesia como una estela a la que nos referimos constantemente.

Una comunidad pequeña, que se solidariza con los pequeños y los marginados

Entre un sacrificio y otro Así lo quiso Mons. Berlier, el primer obispo del país, y en ello invirtió gran parte de sus energías creando lazos de respeto, confianza y amistad con la comunidad musulmana y sus imanes visitándoles con frecuencia, escuchando sus consejos y haciéndoles partícipes de su bondad, sencillez y generosidad. Mons. Berlier era un hombre grande, gordo y bonachón que transmitía humanidad en sus palabras y gestos. El otro sacrificio es el que se ofrece sobre el altar: el pan de vida que se da y se reparte gratuitamente. En uno de los países más pobres de la tierra, la pequeña Iglesia de Níger, nómada y mendicante, ha realizado y sigue realizando infinidad de proyectos de desarrollo, ayuda y asistencia contra inundaciones, hambrunas, plagas… hasta en los rincones más retirados del país en medio del desierto y ofrece con sus escuelas, talleres y centros la mejor formación del país, a la vista están los resultados, para todos los niños y adolescentes. Es una comunidad pequeña, no alcanza el 1% de la población, que enseguida se solidariza con los pequeños y los marginados. Así se ha ganado el respeto y el cariño de la sociedad y de las autoridades locales: el arzobispo de Niamey es consultado con cierta frecuencia por el presidente del gobierno y algunos ministros y forma parte de un consejo de sabios con el gran imán de la ciudad.

Las hermanitas de Foucauld: un tesoro de la iglesia de Niger

Las hermanitas de Foucauld Las hermanitas de Jesús (de Foucauld) han dejado también su impronta en la comunidad cristiana. "Son un tesoro de la Iglesia de Níger", me decía un viejo misionero. - ¿Por qué? - Llegaron muy pronto al Níger y enseguida se introdujeron en la sociedad, cultura y maneras tuareg: plantaron sus tiendas junto a ellos, aprendieron su lengua y algunas de sus comunidades siguieron su vida nómada con su rebañito de cabras y burros en busca de pastos por las llanuras del Teneré. Su hábito azul se hizo muy popular por los campamentos tuareg y crearon un tipo de relación con las gentes del Islam que no era otro que la vida compartida en los gestos más sencillos de las tareas cotidianas: ordeñar, sacar agua del pozo, rezar, cuidar un enfermo, pedir ayuda para plantar una tienda o llegar a los manantiales más profundos, hablar de Dios al oreo de la tarde, compartir el té tuareg mientras rezan a diario: - "Recibe la ofrenda de mi vida por la redención de mis hermanos del Islam". La tela que se teje De esta forma se va tejiendo un tejido nuevo de confianza, solidaridad y amistad que saca a la luz del día lo más escondido del corazón. Es allí, en esta relación de confianza donde surge en momentos de paz e inspiración con frecuencia temas como la oración, la fe, la búsqueda de Dios y se va acrisolando una espiritualidad que revitaliza, como revitalizó a Carlos de Foucauld o a los monjes de Tibhirine. Estos hombres establecieron unos lazos fuertes y apretados de fraternidad y confianza con sus vecinos y amigos del Islam y esa relación inspiró y transformó su vida monástica así como la expresión de su fe.

Acercamiento diálogo y convivencia

La Iglesia de Niger ha experimentado también ese proceso de purificación y renovación en su convivencia con el Islam y he observado que los musulmanes sencillos y buena gente, la mayoría, acogen de buen grado el testimonio de la comunidad cristiana hacia la que a menudo muestran signos de admiración y respeto. Este proceso de acercamiento, diálogo y convivencia se va haciendo a muy largo plazo y discretamente aunque a veces sea objeto de críticas y desconfianzas.

La guerra y el desgarro de la separación

La guerra del Mali, con todas las repercusiones que tiene en los países del Sahel, sus integrismos violentos, rechazo del otro, puritanismos irracionales, puede dar al traste con todas las esperanzas y vínculos que se han creado. El expolio Las hermanitas de Foucauld, por razones de seguridad, se les ha obligado a abandonar varias misiones: Agadez, Nguigmi…y últimamente Bankilaré, vecina a nuestra misión de Tera, y decían al dejar Bankilaré: "Es inútil describir el desgarro que ha supuesto para nosotras: los lazos de comunidad y personales que se han ido estableciendo, los rostros que guardamos en el corazón y el testimonio de que una vida común (con el pueblo tuareg) es posible… parece que se han quebrado. Se diría que es eso lo que pretenden los integrismos. Causa un dolor terrible que toca el corazón del Evangelio y el carisma de fraternidad; sobre todo que, allí, en Bankilaré, vivíamos esta proximidad, "este vivir con" un pequeño grupo humano, marginal, que no pasará a la historia, y descubríamos con alegría los valores que estaban allí, en lo cotidiano, con sabor a Evangelio"

No lo sabría decir mejor que ellas, pero ha sido la misma experiencia que vivimos nosotros ahora al dejar Tera: el desgarro, el dolor y la sensación de ruina, el sabor a ceniza y el desconcierto… Adiós Alhadji, adiós mercado, adiós Umu, adiós Musa y Fati, adiós puente, adiós Tera… iba murmurando Joaquin por la ventanilla del coche cuando abandonamos la misión; sin embargo, mantenemos la esperanza y trabajaremos para que así sea, aunque no resulte fácil, de que el amor y la fraternidad acabarán por triunfar una mañana radiante de Pascua. Por eso seguimos adelante.

Rafael Marco. SMA